La residencia es uno de los edificios más antiguos de la ciudad cuya construcción original se remonta a la Edad Media. Completamente remodelada en su interior con materiales de calidad y equipación moderna, se ha procurado mantener, donde ha sido posible, los suelos y techos de madera originales.
En su lado norte, que da a la "Rua da Ilha", un sólido muro de piedra actúa como escudo térmico, mientras que en el lado de mediodía y de poniente se abre ofreciendo las vista de los techos que descienden por la ladera y del río Mondego destellando entre la vegetación de parques y jardines.