Pasar un semestre o un curso completo en un país extranjero es un hito importante en la vida y una fuente de experiencias emocionales que exceden tanto el ámbito académico como el lúdico-festivo.
Las universidades ofrecen excelentes oportunidades de conocer gente nueva de diversos países, pero no son el mejor lugar para profundizar en las relaciones más allá de los aspectos académicos y profesionales. Las salas de fiestas, pubs y bares son mejores para conocer a muchas personas diferentes, pero son bastante pobres en términos de oportunidades para profundizar más.
Conversaciones hasta el amanecer, amistades para toda la vida, romances, proyectos, sueños. Todo ello necesita de su propio espacio y de su propio tiempo y no puede desarrollarse en los márgenes que dejan la actividad académica o el consumo de ocio. Es por eso que en 2010 lanzamos el proyecto BE Coimbra ™ con el fin de crear espacios de alojamiento estudiantil enfocados en maximizar las oportunidades para las relaciones sociales profundas y gratificantes.
Es importante tener en cuenta que proporcionamos los espacios y nos aseguramos de que todo funcione sin problemas, pero no ejercemos ningún control sobre la forma o el contenido de tales relaciones. No proponemos ni censuramos nada al respecto, y nos limitamos a cuidar que se cumplan las normas básicas de convivencia.
En nuestras residencias, hemos optado por el modelo de habitaciones individuales o compartidas. Pueden o no tener baño privado, pero en ningún caso cocina. El modelo de mini-apartamentos independientes con baño y cocina lo hemos rechazado por ser extremadamente individualista. La cocina es un punto de socialización privilegiado que, en los primeros días, permite romper el hielo con facilidad. Los diversos hábitos gastronómicos son una puerta abierta a las conversaciones sobre las diferencias culturales. La cocina también es un muy buen lugar para compartir y colaborar.
Tanto las cocinas como el resto de zonas comunes están abiertas las 24 horas del día y son accesibles sin restricciones. Los residentes pueden cambiar la disposición de los muebles en las salas comunes de acuerdo con sus necesidades. También pueden intervenir en la decoración de espacios, siempre y cuando tales intervenciones no sean destructivas y sean fácilmente reversibles.
Nuestra política de visitas es muy abierta lo que, por un lado, amplía las oportunidades de reunir a más personas porque se tiene la posibilidad de conocer a los amigos de otros residentes y, por otro lado, esto permite dedicar tiempo a cultivar relaciones con el grado de intimidad que se desee, casi como en la propia casa.
En cuanto a las normas que rigen la convivencia en nuestras residencias, cabe decir que están diseñadas con el objetivo de garantizar una experiencia de vida estudiantil lo más interesante y cómoda posible para todos, sabiendo que necesariamente siempre habrá personas con diferentes prioridades y diferentes formas de organizar sus vidas. Esto nos ha llevado a considerar el intrincado problema de la libertad y sus límites. La normativa que hemos adoptado la hemos expuesto de forma articulada y razonada en la siguiente página: Normas de convivencia